Arte de nariz
Miguel Ángel Malpartida
Editora Mesa Redonda
83 páginas
Serie Taquicardia: Poesía
Precio de venta: 27 soles.
Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos pilotos aliados pintaban en la nariz del fuselaje de sus aviones hermosas y sensuales mujeres. A esta extraña iluminación se le denominó "arte de nariz" y su naturaleza es, por supuesto, contradictoria: la belleza y el erotismo en una máquina diseñada para la muerte y el afán, también, de volver más humano e íntimo ese trayecto hacia lo desconocido.
Esta tensión es la que organiza este nuevo libro de Miguel Ángel Malpartida: la aventura de ver mejor nuestras batallas personales y para ello el mejor instrumento es la imagen, no como artificio retórico sino como revelación. Si en su primer libro, Galería, eran las imágenes propuestas por los pintores las que codificaban nuestra existencia, ahora el camino es inverso: es el poeta el que diseña el texto como imagen y la ofrece desde ese lugar inseguro que marcha hacia la destrucción.
Arte de nariz se sitúa en el difícil equilibrio de la transitoriedad que ejerce la mirada; ver sin mediaciones ni subterfugios el sonido abierto / que despierte tus ojos / hasta que los cierres en la breve violencia.
Carlos López Degregori
Los poetas siempre viajan, a veces con un derrotero fijo, aunque variable por los caprichos del destino, como el de Odiseo regresando a Ítaca, o en busca de nueva aventuras, como el propio héroe homérico, internándose con sus marineros en tierras no pobladas y en mares desconocidos, hasta estrellarse con la montaña del Purgatorio, como lo describe Dante. Los poetas no tienen bajel o leño, tienen solamente palabras y a través de ellas sueñan con todo el universo.
Miguel Ángel Malpartida tiene, como es sabido por los lectores de poesía del Perú, un camino recorrido y ahora interna en lo ignoto. Este manojo de versos de Arte de nariz, por cierto, evoca ese arte fugaz de los pilotos que jugaban con la muerte. Así el poeta, exigiendo más a las palabras, escoge pocas de ellas para entregarnos la intensidad del instante de quienes se juegan la vida, los pilotos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero luego, en un cambio absoluto de registro, evoca el afecto de la madre o de la mujer compañera.
El mundo es condensación y contraste y la palabra del poeta sirve para cristalizar esos momentos intensos de la realidad. Miguel Ángel Malpartida es un poeta que conoce el oficio y que es un orífice de la palabra.
Marco Martos
Miguel Ángel Malpartida
Editora Mesa Redonda
83 páginas
Serie Taquicardia: Poesía
Precio de venta: 27 soles.
Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos pilotos aliados pintaban en la nariz del fuselaje de sus aviones hermosas y sensuales mujeres. A esta extraña iluminación se le denominó "arte de nariz" y su naturaleza es, por supuesto, contradictoria: la belleza y el erotismo en una máquina diseñada para la muerte y el afán, también, de volver más humano e íntimo ese trayecto hacia lo desconocido.
Esta tensión es la que organiza este nuevo libro de Miguel Ángel Malpartida: la aventura de ver mejor nuestras batallas personales y para ello el mejor instrumento es la imagen, no como artificio retórico sino como revelación. Si en su primer libro, Galería, eran las imágenes propuestas por los pintores las que codificaban nuestra existencia, ahora el camino es inverso: es el poeta el que diseña el texto como imagen y la ofrece desde ese lugar inseguro que marcha hacia la destrucción.
Arte de nariz se sitúa en el difícil equilibrio de la transitoriedad que ejerce la mirada; ver sin mediaciones ni subterfugios el sonido abierto / que despierte tus ojos / hasta que los cierres en la breve violencia.
Carlos López Degregori
Los poetas siempre viajan, a veces con un derrotero fijo, aunque variable por los caprichos del destino, como el de Odiseo regresando a Ítaca, o en busca de nueva aventuras, como el propio héroe homérico, internándose con sus marineros en tierras no pobladas y en mares desconocidos, hasta estrellarse con la montaña del Purgatorio, como lo describe Dante. Los poetas no tienen bajel o leño, tienen solamente palabras y a través de ellas sueñan con todo el universo.
Miguel Ángel Malpartida tiene, como es sabido por los lectores de poesía del Perú, un camino recorrido y ahora interna en lo ignoto. Este manojo de versos de Arte de nariz, por cierto, evoca ese arte fugaz de los pilotos que jugaban con la muerte. Así el poeta, exigiendo más a las palabras, escoge pocas de ellas para entregarnos la intensidad del instante de quienes se juegan la vida, los pilotos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero luego, en un cambio absoluto de registro, evoca el afecto de la madre o de la mujer compañera.
El mundo es condensación y contraste y la palabra del poeta sirve para cristalizar esos momentos intensos de la realidad. Miguel Ángel Malpartida es un poeta que conoce el oficio y que es un orífice de la palabra.
Marco Martos
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